El presidente del Congreso Provincial de la UCR fija postura respecto del modo en que debe manejarse el petróleo en la Argentina. Pero señala especialmente el papel que jugaron en la historia de YPF, Néstor y Cristina Kirchner y el PJ.   Las empresas energéticas como luz, gas y petróleo, así como los ferrocarriles, por citar algunas, son consideradas en el mundo entero como estratégicas, o sea son consideradas fundamentales para el funcionamiento, desarrollo y autonomía de los países. Por lo tanto estas deben ser manejadas por el Estado. Esa fue, es y será mi opinión basada en mi ideología. 


Esa misma ideología me llevo a defender, cuando era concejal, la no privatización de Salto Grande, creando por ordenanza municipal, la Comisión pro defensa de Salto Grande quien movilizó la población de la región, culminando en el histórico plebiscito en 1995, donde el 90 % de la población avaló esto, oponiéndose a esa privatización, motorizada por el gobierno justicialista del Dr. Menem, apoyado por la mayoría de los funcionarios, hoy avenidos al kirchnerismo. 

Quiero recordar que si la Sra. Presidenta y sus asesores hubieran escuchado los fundamentos de la UCR, oponiéndose al vendaval privatista de la década del noventa, y si el entonces gobernador de Santa Cruz Dr. Néstor Kirchner y su esposa no hubieran apoyado enfáticamente la privatización de YPF, (con la oposición unánime de los bloques radicales en diputados y senadores), a cambio de recibir por este favor la suma de 550 millones de dólares en concepto de regalías para su provincia, y del cual, todavía nadie explicó en qué fueron gastados, hoy tendríamos el autoabastecimiento energético, no debiendo gastar los 12 mil millones de dólares por la importación de gas y petróleo en el cte. año, además de enemistarnos con aliados históricos como España y la Comunidad Europea. 

Sin duda, YPF fue vaciada, y el gobierno argentino dejó que esto ocurra cuando autoriza al grupo Pettersen ( familia Ezquenazi ) y a Repsol, a retirar el 90 % de las utilidades, dejando a la empresa sin posibilidad financiera para reinvertir en nuevas exploraciones gasíferas y petroleras. Por lo tanto en estas circunstancias el principal responsable de la situación actual de nuestra empresa de bandera es el gobierno actual, quién aprobó sin enmienda, todos los balances y las auditorías durante estos últimos 8 años. El segundo responsable es Repsol YPF, que aprovechando de ese no control del Estado sacó al exterior casi el 100 % de los dividendos. 

La filosofía empresarial es obtener el mayor beneficio económico, respetando las normas legales. Lo que verdaderamente es malo y enjuiciable es cuando el gobierno, representante de todos los argentinos, que tiene la obligación de velar por los intereses de la nación no lo hace y deja que estas empresas hagan solo lo que les interesa. Esto es lo que ocurrió con YPF, como así también con otra empresa de bandera como Aerolíneas Argentinas. 

Debemos esperar que esta nueva reestatización de YPF termine bien y no sea como cuando el pueblo salió con alegría a aplaudir (como hoy) la toma de Malvinas y a los pocos meses nos abrazábamos llorando una derrota indigna. 
La estrategia política del radicalismo fue, es y será apoyar las medidas que hacen al bien común favoreciendo a la mayoría del pueblo argentino.

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