El Comité Provincial de la Unión Cívica Radical de Entre Ríos se solidariza con los legítimos reclamos de trabajadores y organizaciones sociales que vienen demandando desde hace tiempo el aumento del mínimo no imponible en el impuesto a las ganancias en el salario y la universalización genuina de las asignaciones por hijo. 

NI CON EL GOBIERNO NI CON LA BUROCRACIA SINDICAL, A FAVOR DE LOS TRABAJADORES Y DESOCUPADOS

Como producto de las disputas internas en el peronismo, ciertos sectores de la CGT, enancándose en algunos reclamos válidos que compartimos, han entrado en conflicto con el gobierno al que contribuyeron a consagrar. Unos y otros demuestran en esta escalada sus propias incoherencias; los sindicalistas que hasta ayer eran compañeros de ruta de un supuesto modelo de “inclusión social” que sólo existe en la propaganda oficial son hoy perversos aliados de corporaciones golpistas. Otros parecen descubrir recién ahora el verdadero carácter de este gobierno, populista, conservador y reaccionario.

El radicalismo sigue pensando lo mismo de ambos; seguimos pensando lo mismo del gobierno nacional, seguimos considerando que detrás de una máscara “nacional y popular” se oculta su verdadero rostro; el de la voluntad de hegemonía política, el de la concentración económica, y el de la exclusión social, facetas que lo emparentan nítidamente, más allá de los maquillajes y “relatos”, con el gobierno entreguista de Carlos Menem del que fueron parte en la hoy demonizada década de los 90. Y seguimos pensando lo mismo de la burocracia sindical; seguimos creyendo que la sociedad argentina y sus trabajadores necesitan otro modelo, el de la democracia sindical plena, con sindicatos que defiendan siempre los intereses de los trabajadores y que no actúen como instrumento de ningún partido político.

Hoy la inflación carcome los ingresos de los asalariados y jubilados y limita el poder adquisitivo de la AUH. Es imprescindible entonces reconocer este problema y actuar en consecuencia, elevando el mínimo no imponible del impuesto a las ganancias en el marco de una amplia reforma tributaria que brinde una mayor justicia distributiva. Por otro lado, es imperioso elevar en la emergencia los montos de asignaciones “universales” y familiares y marchar hacia un sistema verdaderamente universal, que garantice sin distinciones a todos los niños en nuestro país un mínimo de acceso a bienes materiales para satisfacer necesidades básicas. De otra manera, la inflación seguirá haciendo estragos y sumergiendo cada vez a más personas en la pobreza y la indigencia, con el correlato perverso del clientelismo y la dominación que aprovecha la exclusión social.

La verdadera democracia social por la que luchamos desde hace 121 años exige ahora otras políticas públicas y otro modelo sindical. Seguiremos levantando esas banderas.-

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