El 16 de abril de 1986 el presidente radical Raúl Alfonsín anunció un ambicioso proyecto que incluía el traslado de la capital a Viedma, Río Negro, con el objeto de descentralizar el poder político y económico del país, y al mismo tiempo, fomentar el poblamiento de la Patagonia. Los altos costos del proyecto, la falta de apoyo y la crisis económica que sobrevino pronto dieron por tierra con los planes del líder radical. La iniciativa formó parte del plan para la fundación de la Segunda República Argentina.

Discurso pronunciado por el Dr. Raúl Ricardo Alfonsín durante el acto de entrega del proyecto celebrado en La Plata en esa fecha.

“He querido llegar a la ciudad de La Plata para hacer entrega del proyecto que hemos sometido ayer al Consejo para la Consolidación de la Democracia, por el cual procuramos transferir la Capital Federal hacia la zona donde están hoy ubicadas las ciudades de Viedma y Patagones. Correspondía esta visita puesto que se trata de una zona de la provincia Buenos Aires y desde luego que yo comprendo y sé que no debo abundar en este momento en consideraciones que fundamentan la medida, puesto que cada uno de los aquí presentes sabe perfectamente hasta que punto ha acompañado nuestra lucha, la lucha por el federalismo, por la descentralización, en la que nos habíamos acostumbrado a tomar como una medida fundamental precisamente el traslado de la Capital Federal.

”Todos recordamos, sin duda, el célebre debate que se produjo en la legislatura de Buenos Aires en oportunidad de la capitalización de la ciudad de Buenos Aires, debate en el que Leandro N. Alem, con visión profética, anticipó lo que iba a constituirse como un escollo quizás insalvable para la consolidación del propio sistema constitucional y vinculado fundamentalmente con la consolidación del federalismo.

”Eso ha sucedido lamentablemente. Ha habido una macrocefalia en el país, se ha conspirado contra el desarrollo del interior, y el traslado de la Capital Federal aparece así como una medida de carácter fundamental, si realmente queremos cambiar un sistema que se consolide sobre la base de estas afirmaciones primigenias de las luchas políticas de la Argentina por su organización nacional, pero también el traslado de la capital tiene que estar orientado hacia lo que llamamos la integración de la República. Nosotros tenemos en la Patagonia uno de los espacios vacíos más dilatados del planeta y esto hace, en cierta forma, vulnerable a nuestro país. 

Y la paradoja es que tenemos en la Patagonia riquezas sin fin, riquezas energéticas, riquezas ictícolas, riquezas en la precordillera, que permitirían utilizaciones para la actividad agropecuaria, riquezas en cuanto a las posibilidades de explotación del turismo En fin, todo esto que conocemos que brinda la Patagonia al resto de la Argentina, y particularmente a las zonas más desarrolladas de nuestro país. Se trata también entonces de revertir esta situación. 

Yo muchas veces he dicho que con respecto a la Patagonia el federalismo no alcanza, hay que hacer un esfuerzo nacional para lograr realmente este desarrollo postergado en una zona que aparece como pobre cuando en realidad está empobrecida pero con una riqueza potencial realmente importante.”

Aunque el traslado de la Capital fue la medida más relevante y recordada del Proyecto Patagonia, dentro de este también se incluía la provincialización del Territorio Nacional de Tierra del Fuego y la radiación de empresas en las provincias que integran la región patagónica.

El Proyecto Patagonia formó parte del plan para la Fundación de la Segunda República, lanzado por el Dr. Alfonsín por Cadena Nacional de Radio y TV, la noche del 15 de abril de 1986 y al día siguiente, 16 de abril, pronunció, desde los balcones del Ministerio de Economía en Viedma, hacia la multitud que lo ovacionaba en los jardines, el famoso discurso donde convoca a las argentinos a “crecer hacia el sur, hacia el mar y hacia el frío”.

La democracia que concebimos solo puede constituirse a partir de una ética de la solidaridad, capaz de vertebrar procesos de cooperación que concurran al bien común. Esta ética se basa en una idea de la justicia como equidad, como distribución de las ventajas y de los sacrificios, con arreglo al criterio de dar prioridad a los desfavorecidos aumentando relativamente su cuota de ventaja y procurando disminuir su cuota de sacrificios.

Proponemos una acción basada en un trípode fundamental, Participación, Modernización y ética de la solidaridad. Pero no nos conformamos con establecer la Democracia, afianzar la paz, y administrar equitativamente la crisis. Nos propusimos cambiar el país.

Lanzamos ideas que a los cortoplacistas les parecieron ilusorias: Una nueva forma de organización institucional-a través de la reforma de la constitución-, una reorganización territorial-que debe empezar por el traslado de la capital y culminar en la des centralización económica-, el desarrollo de la patagónia y la integración efectiva con los países latinoamericanos…..por eso no hay un solo camino, Elijamos el de la libertad, el de la solidaridad y el de la tarea conjunta para afianzar la Unión Nacional….”

FUENTE:
GUSTAVO BARRESI - UCR CONVICCIÓN Y LUCHA (LA MATANZA - Bs. As.)